domingo, 28 de diciembre de 2014

IMPORTANCIA DEL TAMASHIWARA. Segunda parte.

EL KARATE SIN ROMPIMIENTO ES COMO UN ARBOL SIN FRUTOS…

Mass Oyama

    El pasado año, el Maestro Cuspinera durante una exhibición de tamashiwara, rompió una tabla entre clavos con los ojos vendados y con la técnica de “tate empi”, pero una imprecisión técnica provocó que tres de los clavos, penetraran en el antebrazo.
    Muchos asistentes no se dieron cuenta de este fallo y la sangre pasó inadvertida ante los ojos de los espectadores.
    El Maestro Cuspinera, se cruzó ambas manos detrás de la espalda hasta que terminó la exhibición inclusive  fue el que pronunció  las últimas palabras de despedida con total control al dolor, a la sangre entre  el grupo de sus compañeros.
    Más tarde, en su casa, se limpió los pinchazos con jabón de lavar “Lagarto” y agua, pasando un cepillo de diente por la herida, rasgando la piel y la sangre coagulada. Una vez terminada la limpieza, se frotó sobe la parte dañada una cáscara de plátano verde rica en Tanino, dejando al aire libre las heridas durante unas cuantas horas. Al otro día ya estaban cicatrizadas y comenzó a entrenar nuevamente con el makiwara.

               Foto: Escuela Fajardo. Instructor Cuspinera rompiendo 3 tablas con tate empi.

Con el desarrollo comercial de las artes marciales se han fabricado diferentes tipos de makiwaras, aparentemente mejores, que ofrecen mayor seguridad a las articulaciones sin sacrificar el objetivo del entrenamiento.
   Lo que realmente están intentando es que el practicante de tamashiwara, entrene con el mínimo de dolor y sufrimiento.
   También se producen “pomaditas” y cremas mágicas, guantillas especiales, etc que los karatekas modernos utilizan para las manos y piernas, toda una industria comercial alrededor del entrenamiento del tamashiwara.

 En la escuela “Fajardo”, el entrenamiento del fallecido Maestro Pablo Silvente, el del Maestro Plumas Lugo y del Maestro José Cuspinera, era y sigue siendo un tronco de madera 4x4 reforzado con una plancha de metal y corcho.
    Para calentar las articulaciones se utiliza un saquito de arena del ancho de la mano de cada uno, pues debe tener la dimensión de acuerdo a la talla de cada persona como es la ropa, camisa y pantalón.    
    Para comprobar la calidad y formación del nudillo, se golpea sobre un tronco de madera forrado de periódico, que como elemento natural – el papel – pela los nudillos, dejándolos en carne viva.

El Tameshiwara es un arte, no es el enfrentamiento de la fuerza bruta de un karateka contra una tabla, tejas o ladrillos. No es astillar bloques ni granitos, no es romper tablas, es simplemente la demostración del dominio de principios físicos y técnicos unificados en un ejercicio.



Cuando los ejercicios se combinan con diferentes grados de libertad, no solo es la expresión de un arte marcial, sino de la física aplicada, del arte, de la estética, belleza, coordinación y armonía.





En las unidades especiales de los mejores ejércitos del mundo, este ejercicio se realiza con los ojos vendados. Todo un reto para el combatiente que tiene que desarrollar su trabajo generalmente en ambiente nocturno o con poca visibilidad.

     Grandes Maestros como el legendario  Mass Oyama,  el propio Maestro  Pablo  Silvente Laffita,  (ambos fallecidos), el  Maestro José Plumas Lugo, asesor durante 17 años, siempre consideraban que las artes marciales sin los  ejercicios del Tameshiwara, "es como un árbol sin frutos"

   Personalmente práctico  makiwara hace más de 45 años de forma correcta y nunca he tenido anquilosamiento ni problemas en las articulaciones salvo cuando he cometido alguna violación de los principios físicos que rigen estos métodos provocándome  lesiones bajo mi propia responsabilidad durante la ejecución del ejercicio sin restar importante suprema al Uke, ya que de él depende en gran medida el éxito de los ejercicios de tamashiwara.

        Igualmente durante 5 años se me consideró uno de los primeros competidores del tamashiwara en Cuba, cinco años consecutivo en el liderazgo, y aún en pleno siglo XXI, sigo considerando y defendiendo la teoría, que el makiwara es un importante elemento auxiliar  de la formación del artista marcial, sobre todo para aquellos karatekas que pretendan conservar las tradiciones de las artes marciales, su valor histórico y estético ó que lo necesiten como herramienta de la defensa personal.

El Maestro Cuspinera rompiendo varias
                                                tablas colocadas en diferentes posiciones
                                                 entre clavos y cuchillas.

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